SYLVIA TORRES

ARTE POTOSINO EMERGENTE

En #SanLuisEmergente celebramos a los talentos que están transformando la escena artística potosina, y esta vez la protagonista es Sylvia Torres, artista plástica que ha sabido abrirse camino con un estilo único, lleno de sensibilidad y fuerza creativa.

Sylvia inició su trayectoria explorando distintas formas de expresión, pero hoy se encuentra en una etapa especial: la creación de una nueva serie donde las manos se convierten en el centro de la narrativa. Para ella, las manos son capaces de contar historias sin necesidad de un rostro, invitando al espectador a descubrir un universo de significados que se transforman según la experiencia personal de quien observa.

Su obra más reciente lleva por título “Entre la lógica y el sentimiento”, un proyecto que juega con el misterio y la interpretación libre. La artista busca despertar en el público esa dualidad tan humana: pensar y sentir, razonar y dejarse llevar por la emoción.

En cada trazo, Sylvia transmite la idea de que el arte no necesita ser explícito para conmover. Al contrario, su propuesta abre un espacio íntimo donde cada persona puede encontrar un reflejo de sí misma. Con esta serie, reafirma su lugar como una de las voces emergentes más interesantes de San Luis Potosí, capaz de conectar tradición, innovación y emociones universales.

  1. ¿Cómo comenzó tu historia con el arte y qué te llevó a convertirte en artista plástica?

Desde niña me sentí atraída por el mundo del arte. Me encantaba dibujar y pintar, y crecí rodeada de una familia en la que varios también eran artistas. Recuerdo con especial cariño cuando mi mamá me llevaba a los talleres: me fascinaba observar cómo trabajaban los materiales, cómo experimentaban sin miedo, creando algo nuevo frente a mis ojos.

En aquel entonces no lo veía como una vocación; de hecho, estudié Diseño Industrial, una carrera que disfruto mucho, pero que nunca llegó a apasionarme tanto como lo ha hecho la pintura. Con el tiempo entendí que la pintura me ofrece algo único: una conexión profunda con mis pensamientos, un espacio donde puedo darles forma, moldearlos y transformarlos libremente. Es ahí donde realmente me siento plena, porque cada trazo me permite expresar aquello que no siempre encuentro en las palabras.

2. ¿Qué te inspiró a crear la nueva imagen del mezcal ancestral Patatus y cómo fue ese proceso creativo?

El proceso comenzó hace algunos años, cuando presenté una serie de calaveras durante el Día de Muertos en San Miguel de Allende. Tiempo después, recibí una invitación para intervenir una caja de Mezcal Patatús en una subasta a beneficio de una asociación. Esa experiencia fue mi primer acercamiento con la marca y, a partir de ahí, nació la posibilidad de dar vida a su nueva imagen.

3. ¿Qué elementos de San Luis Potosí quisiste reflejar en el diseño para transmitir su esencia?

Uno de los elementos que elegimos para reflejar la esencia de San Luis fue el Ojo de Dios. Esta figura, profundamente arraigada en la cultura, simboliza la unión entre lo terrenal y lo espiritual. Existe una tradición que cuenta que, cuando un padre recibe a su hijo, comienza a tejer un Ojo de Dios durante cinco años; cada año añade un nuevo ojo, como símbolo de protección, sanación y abundancia. Se dice también que todo aquel que lo posee cuenta con la protección de los dioses y de los espíritus.

4. En tu nueva serie exploras las manos como narradoras de historias. ¿Qué te llevó a elegirlas como protagonistas en lugar de los rostros?

Creo que un rostro puede atarnos a una personalidad o identidad específica, mientras que las manos son como gestos silenciosos que abren la posibilidad de imaginar. Ellas permiten al espectador construir su propia narrativa a partir de sus vivencias, recuerdos o emociones, creando una conexión más libre y personal con la obra.

5. ¿Qué buscas que sienta o piense el espectador al enfrentarse a una obra con un toque de misterio como la tuya?

Lo que busco es que el espectador tenga una experiencia personal, tal como la tuve yo al crear esta obra. No pretendo resolver un enigma, sino abrir un espacio donde cada quien pueda encontrar sus propias preguntas y respuestas en el momento de observarla. Para mí, la obra funciona como un espejo: un lugar donde mirarte, reconocerte y reflejar tus emociones. Creo firmemente que una pieza artística nunca está completa hasta que el espectador le otorga su propia narrativa.

6. ¿Qué opinas del panorama para los artistas aquí en San Luis Potosí?

En San Luis hay muchísimo talento y contamos con instituciones y espacios increíbles que podrían abrir grandes oportunidades para los artistas. Sin embargo, siento que poco a poco se han ido descuidando, y somos justamente los artistas quienes más batallamos con esa falta de apoyo. Nos gustaría tener más espacios de exhibición y promoción para poder mostrar nuestro trabajo.

Aun así, creo que hoy tenemos una gran ventaja: las redes sociales, una herramienta que antes no existía y que nos permite llegar a muchos lugares sin fronteras. Además, valoro mucho la posibilidad de crear colectivos con otros artistas, porque ahí no solo compartimos nuestro arte, sino que también aprendemos y crecemos juntos.